En la Región Metropolitana, se instalaron sensores que analizan gases asociados a procesos del sector agroindustrial en la zona de Tiltil. En Iquique se instalaron de forma preventiva para vigilar los eventos de olores asociados a la industria pesquera, mientras que en Talca se están utilizando para plantas productoras agrícolas y para instalaciones de saneamiento ambiental.
A mediados de febrero Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) comenzó una campaña de monitoreo de gases, especialmente ácido sulfhídrico y amoníaco, que son perceptibles en episodios de malos olores asociados a industrias agropecuarias y al sector de saneamiento ambiental, en la comuna de Tiltil. Tras una reunión de trabajo con su alcalde, Nelson Orellana, se coordinaron puntos clave de la zona donde los vecinos manifiestan la mayor cantidad de quejas respecto a los malos olores, específicamente en Rungue y Montenegro.
Esta modalidad de trabajo forma parte de la “Fiscalización 2.0” de la Superintendencia, donde la tecnología juega un rol crucial para apoyar los procesos del organismo. Técnicamente, consiste en instalar sensores (que miden múltiples parámetros) en zonas de exterior, los cuales se conectan vía internet a los equipos de la Superintendencia, permitiendo visualizar desde computadores y celulares de los profesionales del organismo, cómo se comportan las variables como los gases descritos. Estos sensores también pueden medir ruidos e incluso residuos líquidos.
“La tecnología nos permite medir la presencia de gases, lo cual puede gatillar acciones de fiscalización en terreno para comprobar cómo se están manejando las variables ambientales de industrias del sector agropecuario o rellenos sanitarios, por ejemplo. En sí mismos, los sensores no son una prueba, ya que no existe una norma de olores, pero permiten saber si hay algo en los procesos industriales que no está funcionando bien y que debemos fiscalizar”, explica Cristián Franz, Superintendente del Medio Ambiente.
Esta campaña de uso de sensores comenzó a fines de enero en la ciudad de Iquique. Allí, se instalaron para monitorear olores molestos asociados a las industrias de procesamiento pesquero. Esto se realizó de forma preventiva, ya que en la presente temporada estival, no se han recibido denuncias respecto a episodios de olor, pero normalmente en los meses de verano estos aumentan.
Fiscalización con sensores y drones en la zona central
En la zona central también se están realizando monitoreos con sensores para el caso de los gases, especialmente en zonas cercanas a instalaciones agroindustriales (viñas, planteles de cerdos, avícolas, entre otros) y también a empresas del sector de saneamiento ambiental. Esto, porque en la temporada de altas temperaturas, las denuncias asociadas a olores molestos se multiplican.
También se está empleando el uso de drones, con el fin de analizar la disposición de residuos en rellenos sanitarios, con el objetivo de revisar cómo se comportan las variables ambientales asociados a ellos.
La utilización de tecnología para apoyar la fiscalización, es parte del despliegue digital de la SMA. Los sensores se suman a tecnologías ya utilizadas como drones y radares de teledetección, que permiten enfocar los recursos de la SMA a la hora de fiscalizar, sobre todo, las denuncias recibidas por el organismo. Al año, en promedio se procesan 1.500 denuncias, siendo el 10% asociada a olores molestos.