Hasta Valparaíso llegó la ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt, quien coordinó una reunión con todos los organismos públicos responsables de la normativa y fiscalización de la industria pesquera y acuícola nacional, para la revisión de mecanismos e instrumentos de fiscalización para la prevención de eventos o accidentes de esta industria que puedan producir contaminación o daño ambiental en nuestros océanos. 

Valparaíso, 3 de septiembre de 2020.- A la reunión, la Ministra llegó acompañada del Subsecretario Javier Naranjo, y asistieron todas las autoridades competentes en la materia: el contralmirante Jorge Imhoff, Director de Intereses marítimos y medioambiente acuático de DIRECTEMAR, el Subsecretario de Pesca y Acuicultura, Román Zelaya; la Directora Nacional de SERNAPESCA, Alicia Gallardo; y el Superintendente de Medio Ambiente, Cristóbal De la Maza.

“Para el desarrollo sustentable de nuestro país de amplia vocación marítima, con una costa de más de 6.400 kilómetros de longitud, resguardar el cuidado de nuestros océanos es fundamental. Es por esto que estamos organizando un trabajo especial para perfeccionar todos los mecanismos de coordinación, prevención y fiscalización que permitan el desarrollo de una industria pesquera y acuícola sustentable y evitar la ocurrencia de accidentes contaminen nuestras aguas y afecten nuestra biodiversidad marina. Eso es lo que nos convoca hoy”, señaló la ministra Carolina Schmidt.

Durante la reunión, el Subsecretario Román Zelaya expuso a la Ministra los puntos centrales de una nueva regulación de SUBPESCA sobre estructuras de cultivo de salmones, que apunta a disminuir el riesgo de hundimiento de las jaulas y el escape de peces.

“Esta reglamentación es el producto de un trabajo de dos años en el que intervinieron los equipos técnicos de SUBPESCA, SERNAPESCA y la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, y que fue debidamente informado a la industria. En síntesis, la nueva norma eleva los estándares de las jaulas, para aminorar el riesgo de nuevas contingencias. Una de las innovaciones dispuestas contempla la certificación anual e independiente de esas estructuras, así como revisiones semestrales para posibilitar mantenciones o reparaciones. Así, a través de un trabajo mancomunado, las distintas instituciones del Estado están contribuyendo al desarrollo seguro de la actividad acuícola y a una mayor protección del medioambiente”, destacó Zelaya.

“Para una mayor protección del medio ambiente, en este caso de los océanos, requerimos mejorar la supervisión de la Acuicultura, y el trabajo y la coordinación intersectorial liderado, en este caso por el Ministerio del Medio Ambiente y la Subsecretaria de Pesca, nos va a ayudar a seguir a una nueva fase en la protección ambiental en la Acuicultura. Como organismo fiscalizador, la Superintendencia del Medio Ambiente tiene que reforzar la prevención y la detección temprana de incumplimientos, de tal manera, de cumplir nuestra labor de mejor forma, de manera más eficaz y oportuna”, explicó el Superintendente del Medio Ambiente, Cristóbal De la Maza.

En tanto, la directora de SERNAPESCA, Alicia Gallardo, planteó que “como directora nacional del Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura, valoramos mucho la instancia a la que nos ha convocado la ministra del Medio Ambiente y la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura, para abordar los temas de la sustentabilidad de la acuicultura en un enfoque preventivo. Qué mejor que dejar de estar detrás de las contingencias y empezar a trabajar mejor de lo que lo hemos hecho, pero ahora en forma muy colaborativa, con coordinación, revisando las actuales normativas para ver si hay algo necesario y migrar, efectivamente, a un mejor cumplimiento de la normativa con un mejor resultado en términos de la sustentabilidad de los recursos de la acuicultura”.

Después de la extensa reunión donde se presentó un diagnóstico de la situación, se implementó una mesa de trabajo conjunto. Las autoridades coincidieron en la necesidad de actualizar y perfeccionar los procesos en materia de coordinación, prevención y fiscalización, así como la adaptación de la industria pesquera y acuícola a los nuevos desafíos ambientales necesarios para el cuidado y protección de los océanos.