La SMA durante 2017 formó equipos e implementó sistemas web para que las 94 fuentes que debían cuantificar sus emisiones reportaran al organismo, de forma totalmente digital. Posteriormente, se realizó la conexión con el SII en marzo de 2018 para que el organismo recibiera las emisiones anuales, y calculara el monto total de impuesto a pagar por cada establecimiento ante la Tesorería General.

La implementación de los llamados “impuestos verdes” a fuentes fijas, contemplados en el artículo 8° de la Ley N° 20.780, conocida como “Reforma Tributaria”, hizo debutar este año 2018 por primera vez el pago, por parte de los establecimientos afectos, por concepto de emisiones de material particulado, óxido de nitrógeno, dióxido de azufre y dióxido de carbono (MP, NOx, SO2 y CO2, respectivamente), de calderas y turbinas que individualmente, o en su conjunto, sumen una potencia térmica nominal mayor o igual a 50 MWt. En total, se recaudaron US$ 191,3 millones en el primer año de implementación de la medida.

En total, 94 establecimientos tuvieron que someterse al pago del gravamen en el ejercicio del impuesto a la renta llevado a cabo en marzo por el Servicio de Impuestos Internos (SII). De ese total, las termoeléctricas pagaron casi US$ 180 millones (94%), seguido mucho más abajo por el sector celulosa (2%), agrícola (1%), pesca (1%) y otros (2%).

Para llegar a estos resultados el trabajo que se realizó durante todo 2017 en la SMA fue intenso. Primero, porque se tuvo que conformar equipos de trabajo en la División de Fiscalización y el Departamento de Gestión de la Información (DGI). En ambos casos se contó con apoyo financiero del PMR (Partnership for Market Readiness) del Banco Mundial, lo que permitió la contratación de cinco profesionales para apoyar el desarrollo de herramientas de gestión.

La elaboración de protocolos para la Medición-Verificación y Reporte (Sistema MRV)

Juan Pablo Rodríguez, jefe de la sección técnica de la División de Fiscalización, cuenta que una primera etapa del trabajo que realizó el equipo compuesto por tres profesionales, fue la creación de un instructivo para cuantificar emisiones, lo que forma parte de la “Medición” del Sistema MRV.

“Primero se crearon 11 alternativas, que luego agrupamos en siete, con el fin de hacer un sistema flexible que sirviera a los distintos tipos de establecimientos que debían cuantificar sus emisiones. Las termoeléctricas, afectas a la norma de termoeléctricas, usaron los sistemas de monitoreo continuo de emisiones (CEMS) ya implementados. En otros casos, se realizaron mediciones puntuales o discretas, especialmente en el área de la celulosa; y finalmente estaban las estimaciones de emisión, que utilizó en su mayoría la agroindustria”, explica Rodríguez.

En forma paralela a la dictación de protocolos, que también incluyó los instructivos para el reporte y verificación de las emisiones (R y V del sistema MRV), el equipo de Fiscalización trabajó con el Departamento de Gestión de la Información para crear sistemas de reporte electrónico para las 94 fuentes afectas. Sebastián Elgueta, jefe de dicha área, explica que “el volumen de información a recibir tenía que manejarse mediante software especializado. Este se desarrolló internamente en la SMA, ya que adquirir algo en el mercado habría costado entre uno a cinco millones de dólares. Además, necesitábamos ir creando con flexibilidad, a través del uso de prácticas ágiles, nuevos módulos del sistema que se iban requiriendo con el paso de los meses. Existió durante todo 2017 un proceso de mejora continua en el sistema, integrando al final, un módulo donde las empresas podían vigilar su cantidad de emisiones anuales y estimar el pago del impuesto. Esto obligó a elevar los estándares de seguridad de la información para la SMA, y el equipo sigue trabajando en mejoras para este 2018. Se necesita tener recursos dedicados a este proyecto particular, sobre todo para mejorar el sistema de seguridad y la actualización constante”.

Ambos profesionales destacan el fuerte trabajo realizado entre distintas áreas de la SMA, que a la vez tuvieron que coordinarse con el SII, el Coordinador Eléctrico y la Comisión Nacional de Energía, organismos con los cuales se tenía que compartir la información generada mediante mecanismos electrónicos.

“Acá hubo una entrega de datos muy limpia, ya que las empresas los entregaban por internet, ahorrando enormes costos e impresión. También hay que destacar la eficiencia, la rapidez y análisis que permiten realizar los programas desarrollados por los equipos de la SMA”, afirma el Superintendente Cristián Franz. Añade que: “este tremendo desafío podemos decir que lo llevamos a cabo con éxito, con mucho esfuerzo de los equipos internos de la Superintendencia. No hubo quejas de empresas respecto al sistema, realizamos más de 14 talleres donde se les explicó cómo cargar los datos, cómo medir, en distintas regiones del país, por lo cual todo el proceso terminó con todos de los contribuyentes pagando sus impuestos en el plazo que entrega el SII, ya que nosotros entregamos en marzo los datos que nos correspondió medir, reportar y verificar”.