Sensores permitirán medir en-línea ruidos, emisiones atmosféricas, entre otros.
El Departamento de Gestión de la Información de la Superintendencia del Medio Ambiente, lleva más de un año trabajando en implementar nuevas tecnologías que permitan una “fiscalización ambiental 2.0”, aprovechando las herramientas disponibles en el mercado, relacionadas con big data e internet de las cosas (lo que se conoce como IoT, por sus siglas en inglés).
Desde el 2016, la SMA ha realizado pruebas con distintos tipos de sensores que permiten monitorear variables ambientales de forma remota y en línea, tales como: ruidos, emisiones atmosféricas, olores, emisiones de Residuos Industriales Líquidos, entre otros. De este modo, se han generado capacidades internas para el desarrollo de sistemas de información, que permitan conectar estos aparatos, procesar los datos y visualizarlos en tiempo real.
Durante este segundo semestre, la División de Fiscalización comenzará a utilizar dispositivos de monitoreo remoto, ya sea para sus actividades programadas o para atender denuncias ciudadanas. Un uso importante que se puede dar, por ejemplo, es realizar mediciones de ruido, uno de los temas que más acapara denuncias ante la SMA. ¿Cómo se puede emplear un sensor para estos casos? El D.S. 38 de 2011 del Ministerio de Medio Ambiente, que regula los niveles de presión sonora, establece que las mediciones se deben realizar desde el cuerpo receptor, ya sea ruido al exterior o al interior de alguna vivienda afectada. De esta manera, los sensores se pueden instalar durante días o semanas en uno o varios hogares, pudiendo establecer un patrón de ruidos, lo que nos permitiría generar información suficiente, para luego medir en horarios peak de ruido por medio de sonómetros, que es el instrumento válido para estas fiscalizaciones y que constituye un medio de prueba para iniciar un eventual proceso de sanción.
Este tipo de sensores también se pueden utilizar en el contexto de las medidas provisionales que decreta la SMA. Por ejemplo, si un titular debe iniciar una paralización de la chimenea en una fábrica, se pueden instalar sensores para asegurarnos que no se estén realizando emisiones, a través de un monitoreo en línea. Una aplicación similar es factible en un Programa de Cumplimiento.
Estos procesos se enmarcan dentro de un uso eficiente de los recursos, ya que no es posible tener un fiscalizador por cada instalación que nos compete fiscalizar. Por esta razón el uso de tecnologías es clave, especialmente en esta época de la transformación digital, donde los costos asociados son cada vez más accesibles y las aplicaciones son múltiples.
A partir de este año, nuestra plataforma electrónica está procesando datos relacionados con la Norma de Fundiciones, la cual establece monitoreo en línea de sus emisiones, siendo la primera norma ambiental “IoT” en Chile. Esto ha implicado un cambio significativo en las labores de fiscalización, marcando todo un precedente para las nuevas normativas. Justamente, en este sentido, se está trabajando en conjunto con el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) para que las nuevas Resoluciones de Calificación Ambiental (RCA) contemplen sistemas de monitoreo en línea, cuando corresponda, dentro de las medidas asociadas al seguimiento ambiental de un proyecto aprobado, de forma complementaria a los reportes periódicos establecidos históricamente, lo que permitiría identificar incidentes apenas ocurren. También se está trabajando en pilotos con algunas empresas para conectar sus sistemas de monitoreo en línea a la plataforma de la SMA, de forma voluntaria, lo que contribuye a la transparencia y confianza, a pesar de que no exista la obligación legal para ello.
Nuestro compromiso es avanzar hacia una fiscalización 2.0. Hoy manejamos información en línea asociada a decenas de empresas y dispositivos propios, pero nuestro anhelo es integrar a otras fuentes de forma sostenida, ya que tenemos capacidad para conectar miles de sensores a nuestra plataforma electrónica. Sin duda, estamos viviendo un cambio de paradigma en el seguimiento ambiental, al igual que en otros sectores, producto de las nuevas tecnologías. En este caso, se trata de herramientas disuasivas, que también constituyen una oportunidad para acercar las empresas a la comunidad, a través de la transparencia de sus procesos. El monitoreo en línea no sólo permite una fiscalización más rápida y eficiente, sino que también genera mayor confianza, porque la información no se puede manipular, lo cual contribuye a las buenas relaciones entre las compañías, las autoridades fiscalizadoras y los ciudadanos, quienes exigen un mayor resguardo de su salud y del medio ambiente en el que viven.
Sebastián Elgueta A.
Jefe del Departamento de Gestión de la Información