Caminando hacia una fiscalización de segunda generación

La SMA realizó el año pasado un estudio que permitió sistematizar los hallazgos de inspecciones ambientales relevados en los informes de fiscalización comprendidos entre los años 2013 al 2015. Esta publicación nos permitió observar que las principales desviaciones levantadas en las visitas a terreno correspondían a la no implementación de medidas u acciones comprometidas en la RCA de los proyectos, o bien, la implementación de otras medidas distintas a las comprometidas en los distintos permisos. En estos casos las materias fiscalizadas que presentaron hallazgos dicen relación con afectación a flora y fauna, emisiones a la atmósfera y manejo de residuos líquidos, entre otros.

En este sentido, es necesario resaltar que más allá de constatar estas desviaciones en terreno con profesionales fiscalizadores de la SMA y de los 16 servicios públicos que forman parte de la Red Nacional de Fiscalización (RENFA), son los titulares de proyectos los llamados a ser los primeros fiscalizadores de sus propios proyectos, evaluando sistemáticamente las obligaciones que emanan de sus Resoluciones de Calificación Ambiental (RCA), o de distintas Normas de Emisión, Normas de Calidad, o de los Programas de Cumplimiento que presentan ante la SMA cuando se inicia un procedimiento sancionatorio. Así como la Superintendencia usa el criterio de fiscalización ambiental estratégica para priorizar proyectos y/o para priorizar los compromisos ambientalmente relevantes que serán evaluados en cada instalación, también los titulares pueden y deben hacer uso de estos criterios para dar cuenta oportunamente de desviaciones que pudiesen estar produciéndose. Si a este razonamiento le sumamos los criterios de gestión de riesgo asociados al análisis, evaluación y comunicación de estos, en conjunto con las herramientas tecnológicas disponibles en el mercado para realizar seguimientos de variables ambientales en línea y/o sumamos la auditoría de cumplimiento de tercera parte, estaremos frente a procesos de fiscalización 2.0.

Es ahí donde los organismos públicos y los regulados tenemos los mayores desafíos. En línea con lo planteado anteriormente, es crucial internalizar que los compromisos ambientales deben entenderse como el piso del cumplimiento y no como el logro máximo respecto de la vinculación de un proyecto con su entorno. En ese mismo sentido, es claro que debemos avanzar en los conceptos de sustentabilidad en el ámbito de desarrollo de estos proyectos, aspecto en el cual la trilogía ente fiscalizador, ente privado y comunidad, adecuadamente coordinados, resultan claves para un desarrollo donde se equilibre la necesidad de emprendimiento y el resguardo al medioambiente y la salud de las personas.

En este aspecto, qué duda cabe que el principal eslabón de una cadena de confianzas es contar con una información fiable y robusta. En este espacio es importante destacar el rol que tienen pero que deben seguir potenciando las Entidades Técnicas de Fiscalización Ambiental, por cuanto constituyen el eslabón intermedio entre el titular y la autoridad fiscalizadora, en cuanto a respaldar técnicamente las propiedades que se requieren de la información ambiental con fiabilidad y robustez.

Resulta del todo claro que hoy por hoy la información ambiental juega un papel relevante en el accionar no sólo de las entidades fiscalizadoras, en los responsables de políticas públicas, en las empresas que desean llevar adelante sus proyectos. Esta información sin duda juega un rol fundamental para una ciudadanía cada vez más empoderada, que pide datos en línea y mayor transparencia a las entidades públicas y privadas.

Esta Superintendencia comenzó tímidamente a avanzar en generar información con las características mencionadas cuando se implementa la obligación de uso de sistemas de monitoreo continuo de emisiones (CEMS) en fuentes emisoras a la atmósfera. Actualmente estamos avanzando con algunos titulares en profundizar esta herramienta de monitoreo por medio de acceso remoto a sus sistemas de control de calidad de tal modo de avanzar en la lógica de información robusta, ojalá en tiempo real. Del mismo modo la conectividad en línea con los CEMS asociados a Fundiciones es hoy algo concreto, y una exigencia de la Norma de Fundiciones. En otros ámbitos, estamos avanzando en el uso de sensores en línea asociado al seguimiento de variables ambientales relevantes, lo cual nos permitirá evaluar de manera screening el comportamiento de algunas variables.

En resumen, entrar en el mundo de la “fiscalización de segunda generación o 2.0” en una necesidad urgente y que no sólo se enfoca los organismo fiscalizadores, sino que de manera fundamental en los titulares de proyectos y ciertamente en la comunidad. Es así como contribuimos a crear sustentabilidad, y sobre todo, restaurar las confianzas en nuestro país.

 

Rubén Verdugo
Jefe de la División de Fiscalización