La crisis sanitaria que enfrentamos este 2020 nos obligó a modificar todos nuestros hábitos, la forma de relacionarnos, de trabajar y hasta de redireccionar esfuerzos una y mil veces para sacar adelante cada uno uno de nuestros proyectos. La Superintendencia del Medio Ambiente no estuvo exenta de este tipo de complejidades a la largo de todo el país. En el norte, la Región de Arica y Parinacota reflejó una disminución en sus denuncias, tema asociado a una cuarentena que vivió la capital regional. Aun así y apoyándose en la Estrategia de Inteligencia Ambiental implementada por el Superintendente De La Maza, reforzó la fiscalización y vinculación con la Comunidad.

En el centro del país debutaron nuevos Planes de Descontaminación Ambiental, como es el caso del Plan del Valle Central de la Provincia de Curicó. Así, la Oficina Regional del Maule, fiscalizó por primera vez las medidas que buscan mejorar la calidad del aire de la zona, especialmente entre abril y agosto, durante el Período de Gestión de Episodios Críticos (GEC). A lo anterior, se agrega una exhaustiva inspección a la venta de leña seca, apagado de hornos a leña de panaderías y de determinadas calderas industriales y residenciales.

En el extremo sur del país, la Región de Magallanes experimentó un alza del 37% en las denuncias este año con diversos temas como ruidos y olores molestos. En esta zona, se potenció fuertemente el uso de herramientas tecnológicas y requerimientos de información como forma de fiscalizar utilizando las nuevas tecnologías que ha implementado la Superintendencia del Medio Ambiente y que seguirá potenciando el 2021. Además, se espera que para el próximo año, entre en vigencia el Estatuto Chileno Antártico, que abre la posibilidad de fiscalizar y sancionar ante la SMA cuando existan incumplimientos ambientales en esta zona.